miércoles, 9 de diciembre de 2015

Visión de una victoria inesperada

Visión de una victoria inesperada

El pasado Domingo 6 de Diciembre vimos como el resultado que arrojaría la elección parlamentaria más esperada de la historia contemporánea venezolana sería un espectáculo de sorpresas. Circunscripciones que resultaban impensables fueron adjudicadas para la Mesa de la Unidad Democrática, Aragua, Carabobo, Trujillo, Barinas, entre otros, fueron estados claves para la obtención de una mayoría calificada de dos terceras partes (2/3) para la oposición, una victoria realmente inesperada. Ante este escenario, la dos grandes tesis de la Mesa de la Unidad Democrática toman posibilidades reales de ejecución, por una lado, la cohabitación, propuesta por los sectores más prudentes, y por otro lado, la de ruptura, propuesta por los sectores más combativos de la oposición. Ambas toman fuerza pues ambas se vuelven posibles en medida en que la Mesa de la Unidad Democrática consigue el suficiente poder fáctico para la negociación y el suficiente poder institucional para el resquebrajamiento.

Una gran preocupación que tiene el ciudadano venezolano en estos momentos es el funcionamiento de la bancada unitaria, y como se hará para obtener resultados positivos en la política económica desde la Asamblea Nacional, ante esto, solo queda una respuesta que puede satisfacer la necesidad de reencuentro y rectificación ilustrada el día Domingo por el pueblo venezolano: paciencia. La paciencia por parte de la dirigencia para entender que en estos momentos, y por primera vez en mucho tiempo, la pelota está en el terreno del gobierno, que quienes deben responder y reaccionar, son ellos, y en medida de esa reacción, nosotros tendremos un panorama más claro de cual debe ser la postura de la Mesa de la Unidad Democrática como bancada.

En un principio, la cohabitación no luce mal, esa tendida de mano que todos los venezolanos esperamos y queremos dar. Ese gesto de que en un país tan grande cabemos los dos, o mejor dicho, tenemos que caber todos. En tal sentido, la primera acción, en sentido figurativo de la oposición, debe ser la de sentar, la de poner de nuevo como herramienta política el dialogo, el debate y la negociación, si, la negociación. En caso de que la respuesta del gobierno a esa primera actitud de la oposición sea una vulgar bofetada, una trompada a traición, donde se busque despojar de su poder institucional a la Asamblea Nacional y hacerse los sordos ante la expresión nacional del Domingo, y este comportamiento además no es simplemente reaccionario, sino también sistemático, entonces empezará a cobrar más fuerza la tesis de la ruptura, pues el gobierno buscará bloquear todas las instancias de negociación y acuerdos, y la oposición se verá forzada a desmantelar pronto los mecanismos de control y dominación del PSUV.

En este sentido, la mejor decisión que puede tomar la dirigencia de la Mesa de la Unidad Democrática es esperar a ver el comportamiento generalizado del gobierno, como se recompone o se divide, como reacciona ante la promulgación de la Ley de Amnistía, si verdaderamente designa los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, o si por el contrario, luego de un montón de declaraciones que bordeaban el abismo, la prudencia conquista la cabeza del comité político del PSUV y entonces las puertas del reencuentro se abren para toda Venezuela.

En definitiva, ese lugar común que tantos, y me incluyo, hemos criticado, está más vigente que nunca: "El tiempo de Dios es perfecto". Hay que esperar, solo el tiempo le dará la razón a una de las dos tesis políticas, quien se apresure a jugar su carta, pierde la partida.

Alejando Conejero
@ConejeroC

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