Los
controles del Estado y el rol del ciudadano
En cuanto al
estudio de las posturas políticas y los temas de debate de actualidad nacional
e internacional, suelen haber ciertos bloques paradigmáticos que asumimos deben
ir siempre bajo una conjunción de ideas que no necesariamente son compatibles,
o que incluso, en muchos casos, podrían llegar a ser antagónicas. Lo cierto es
que la conciencia ciudadana ha pasado a un segundo plano por una diversidad de
motivos que se fundamentan en la masificación de la política, entendiendo que
masificación no significa inclusión, sino más bien el atolondramiento del
ciudadano por parte del Estado, la generación de individuos que empiezan a
comportarse como hombres masa.
Un
buen ejemplo de los paradigmas cultivados en el seno de la conciencia
colectiva, es la presunción de que las personas que están a favor de la
legalización de la Marihuana, de la unión civil homosexual y del aborto, se
encuentran necesariamente en el mismo espectro político, denominándose
progresistas, cuando la verdad es que si nos vamos a lo fundamental, todas
estas banderas podrían resultar incompatibles. En todo caso la libertad
individual y la inviolabilidad de los derechos ajenos suelen ser el estandarte
de los grupos modernos
Cuando nos
vamos a fundamentar los planteamientos hechos en el párrafo anterior, nos damos
cuenta que la legalización de la marihuana cobra sentido en el momento en que
se demuestra que el psicotrópico es un vaso dilatador que induce al individuo
en un estado de conciencia de relajación, y por tanto el consumo de la hierba
pasa a ser una acción que acaba en si misma, que si el individuo decide
hacerlo, no afectará a nadie, y entonces estaría en todo su derecho de hacerlo.
En el caso de
la unión civil homosexual, encontramos que si ambas personas se encuentran de
acuerdo y comparten el deseo de realizar dicha unión, entonces los principios
de libertad e inviolabilidad, se respetan, pues la acción de casarse, es una
acción que acaba en si misma. Pero, cuando nos vamos a analizar con estos dos
principios la acción de abortar, encontramos que, aunque la madre se encuentra
en toda su libertad de no querer empezar una familia por el motivo que sea, la
inviolabilidad del derecho ajeno, y el deber del Estado de proteger al ciudadano
más débil, que en este caso es el niño, se presenta una contradicción, y
entonces, lo que parecía ser algo evidente, que es que las personas que estén
de acuerdo con una cuestión, deberían estar de acuerdo con las demás, pierde
sentido.
Todo esto tiene
una intención, revisemos entonces los planteamientos que asumimos como ciertos
bajo la argumentación de los principios de libertad e inviolabilidad, pues
estos pueden romperse, y es cuando empezaremos a convertir la conciencia
colectiva en conciencia ciudadana, dejar atrás las ideas inducidas por el
Estado y construir una sociedad de interdependencia.
Alejandro
Conejero
@ConejeroC
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