miércoles, 4 de noviembre de 2015

El perdón: Una necesidad para Venezuela

El perdón: Una necesidad para Venezuela

           
Con frecuencia se escuchan en Venezuela las incansables quejas de una ciudadanía oprimida. Lo cierto es que la etapa terminal de un régimen autoritario se encuentra en pleno desarrollo. Se respiran vientos de cambio. Los cúmulos de rabia y agresividad se vuelven cada vez mayores en el sentir colectivo venezolano. Los ciudadanos ven esperanzados el instante en el que podrán demostrar su descontento, el 6 de Diciembre. Los sueños de una juventud avejentada por la violencia, la crisis y la pobreza, se alzan materializados en el verbo del joven político, de ese al que le arrebataron su juventud, de ese que ha tenido que descuidar sus relaciones afectivas, sus estudios y su jovialidad, por el hecho de que una camarilla de desvergonzados le haya extirpado aquello que lo hacía joven, su libertad.

            Los jóvenes venezolanos nos encontramos sumergidos en la profundidad de un sistema de decisiones contaminadas por el miedo. Un sistema que busca convertir toda decisión en algo existencial. Ya no se trata de en qué Universidad estudiar, de qué trabajo tomar, o si decidimos emprender nuestro negocio; ahora se trata de olvidarnos del prójimo por supervivencia, de desconectarnos de alguna u otra forma de la realidad; o al menos eso se plantea la generación pasada, la de varios de nuestros padres, esa generación que decidió que era más fácil vivir para uno mismo y olvidarse de nuestros hermanos, esa que ha permitido lo que pasa en nuestro país, esa que ve con desespero cómo el futuro de sus hijos se nubla cada vez más en Venezuela.

            Pareciese entonces relucir el hecho de que los jóvenes, esta nueva generación, tiene solo un futuro claro, el de aislarse dentro de sus posibilidades y olvidarse de los demás. Pero, lo que muchos no quieren observar, es que ese turbio camino es el camino que dibujó el gobierno nacional, y el camino en el cual muchos de nosotros no estamos dispuestos a caminar. Los jóvenes venezolanos tenemos en nuestro imaginario colectivo la clara convicción de que este país es nuestro, y nos lo quieren arrebatar. Hay muchos prejuicios que abruman la conciencia: el miedo, la ansiedad, la represión, los controles. Pero si podemos estar seguros de algo, es de que el coraje es un recurso abundante en esta generación, además, y aquí viene la razón del título de este ensayo: los jóvenes estamos aprendiendo a perdonar.

            Dice Javier Cercas en su libro, Anatomía de un instante: “Un héroe político [moderno] también es un héroe moral”. Y cuando Cercas dice esto, se refiere a personajes insignes de la historia contemporánea, Mijaíl Gorbachov, Nelson Mandela, entre otros. Estos reconocidos personajes llegaron a ser héroes por una sencilla razón, pudieron asumir y perdonar. Gorbachov no socavó la Unión Soviética porque quería imponer un modelo más radical, sino porque se dio cuenta de los errores que cometía, y Nelson Mandela no modernizó Sudáfrica por haber estado 27 años preso, sino porque a pesar de eso, perdonó. Incluso Jesús De Nazaret, después de su crucifixión dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

Sonará soñador, meloso e ingenuo, pero lo que Venezuela necesita en este momento es sanearse de tanto odio, de tanta violencia, de tanta inmoralidad, y ante ello solo el perdón es una herramienta poderosa. La demostración de piedad, de compasión, de entendimiento, y de preocupación de los unos por los otros, es lo que nos hará libres. A las nuevas, y actuales generaciones venezolanas les tocará perdonar, tendrán que tener la fortaleza suficiente de hacer justicia y tener piedad, solo así se podrá empezar construir una República en Venezuela, fundamentada en el perdón como primer paso para lograr el consenso.

A los 2 días del mes de Noviembre del año 2015.

Alejandro Conejero

@ConejeroC

1 comentario:

  1. Buen artículo y análisis, Alejandro. Nuestra mayor batalla es la del perdón.
    Saludos,
    Jilmir Valera Hurtado

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