La Universidad, una pieza angular del desarrollo

La Universidad, una pieza angular del desarrollo

Durante la historia republicana de Venezuela, la Universidad ha sido una parte fundamental del camino recorrido hacia la modernidad por nuestra nación. Desde el renacimiento político venezolano en el año 1928, pasando por las luchas contra la dictadura en los años 50, y la re-politización de las casas de estudio en 2007, la universidad ha sido siempre un bastión de los sueños de modernidad en Venezuela. Un sueño que en algún momento estuvo muy cerca de realizarse, pero que su conciliación fue irrumpida por un movimiento político retrógrado, que se valió del populismo y la demagogia para consolidar un proyecto autoritario, además, entendió perfectamente cual era el corazón de la sociedad moderna que se estaba forjando en Venezuela, la Universidad.

Desde que el chavismo opera su accionar despótico, la Universidad venezolana no ha dejado de sufrir ataques. La asfixia presupuestaria ha sido el arma favorita de quienes odian a la Universidad. La operación consiste en reconducir los presupuestos universitarios, obviando la hiper-inflación desatada por el mismo gobierno. En términos ilustrativos, si una casa de estudios necesitaba en el año 2007 unos 100 Bolívares para funcionar, el gobierno le otorgaba 25 Bolívares, al año siguiente, por razones económicas, la universidad necesitaría entonces 200 Bolívares para funcionar, pero el ejecutivo nacional seguía otorgando los mismo 25 Bolívares del año anterior, y así sucesivamente hasta el año en curso, donde los recursos asignados por el Ministerio de Educación Superior, a las prestigiosas casas de estudio como la Universidad Simón Bolívar, no superan el 16% del presupuesto necesario para el mínimo funcionamiento de la Universidad. Por esto y muchos más ataques sistemáticos del gobierno es que la Universidad venezolana celebra con esperanza el cambio político en curso en Venezuela.

Desde la nueva Asamblea Nacional ya se ha mostrado la intención de establecer diálogos con la representación universitaria, y buscar solución a la crisis inducida por el gobierno nacional, en una sesión de esta plenaria, se discutió acerca de los problemas que vive la Universidad, y como la Asamblea Nacional puede ayudarla, en esa sesión se decidió conformar una comisión de enlace con las casas de estudio para trabajar en conjunto. Resultó ciertamente sorpresivo para quienes hacemos política universitaria, la velocidad con la que se empezó a tratar la situación de las universidades públicas, pues en los anuncios de la agenda parlamentaria, no se hizo mención alguna al tema. Sin embargo, parece que el cambio político que se desenlaza tendrá como un gran aliado a las universidades. Y, es que, un cambio político real debe tener como objetivo el desarrollo de la nación y la consolidación de la modernidad. Esto se hace imposible si no se está aliado con la Universidad.

Las casas de estudio venezolana, desde las más antiguas, con más de 200 años de historia, hasta las más recientes, siempre han estado comprometidas con la democracia y el desarrollo de Venezuela. Sin el trabajo conjunto de las Universidades con los partidos políticos democráticos, no será posible el establecimiento de una democracia estable y de un desarrollo sustentable. Venezuela debe dejar, poco a poco, de lado su idiosincrasia rentista, manifiesta en la susceptibilidad económica del país ante los precios del petróleo, y reemplazar aquello por un modelo de estabilidad social, económica y política, apoyado en la ciencia, la investigación, la información y el desarrollo. Un modelo cuyo principal Producto Interno Bruto no sea un bien fluctuante e incontrolable, fruto del azar divino de de haber nacido en una tierra enriquecida en minerales, sino un bien, intangible, y estable, valioso hoy, y valioso siempre, fruto del trabajo de los ciudadanos en la búsqueda de la verdad, en la superación de la nación y en la comprensión del hombre moderno, la investigación.

Alejandro Conejero

@ConejeroC